Seguro que os ha pasado: vais a pintaros las uñas y, aunque el bote está casi lleno, el esmalte está espeso y queda fatal sobre la uña.
Esto ocurre por dos motivos: no hemos agitado bien el esmalte antes de pintarnos las uñas y no lo hemos guardado en un lugar fresco.
Los esmaltes tienden a espesarse y si no los gastamos con regularidad, se vuelven super pastosos. Así que lo mejor para que este producto esté perfecto siempre es guardarlo en la nevera. Para ellos lo mejor es coger una cajita, meter los esmaltes y la colocarla en un hueco de la nevera para que no moleste.
Otro truco para que el esmalte tenga siempre una consistencia fluida es echarle unas gotitas de alcohol y agitar bien para que se mezcle con el producto.
¿Qué es lo que no hay que hacer? Puede que hayáis oído que poniendo un chorrito de quitaesmaltes en el pintauñas éste se vuelve fluido. Sí que es cierto que recupera la fluidez, pero el color se diluye y el esmalte dura menos en la uña. Echar quitaesmaltes a un esmalte lo que hace es degradarlo, así que no lo hagáis o lo terminaréis de estropear.
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